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Segundo Embarazo, vínculo único

Nunca es igual al anterior. ¿Cuáles son las principales diferencias? ¿Cómo acompañar al hermanito? Dos especialistas nos responden

PARA TÍ MAMÁ – Octubre 2016 / Por Gloria Kaspar Asesoró: Dra. Geraldine Voto, obstetra de la Fundación Barceló, M.N. 99.901 y Lic. Julieta Tojeiro, psicopedagoga del Instituto Sincronía

Mucho se suele hablar de la espera y de la preparación para la llegada del primer hijo. Miles de dudas y ansiedades se movilizan en este debut. Sin embargo, la llegada del segundo también tiene cosas nuevas: despierta ansiedades desconocidas y preguntas de todo tipo: desde cómo contarle a su hermanito, hasta si podemos tenerlo por parto natural si el anterior fue cesárea.

El cuerpo tiene memoria

Según la obstetra Geraldine Voto, es fundamental entender que cada embarazo es distinto y que una de las principales diferencias entre el primero y el segundo es la vacunación con la que llega la futura mamá: A nivel nacional, necesita la vacuna antitetánica y/o triple bacteriana celular. Por lo general, en el primer embarazo se completa el esquema, y por ende ya está cubierto en el segundo. Además, la asesora dice que a nivel corporal es notorio cómo la panza en el segundo suele aparecer mucho más temprano, alrededor del per mes, mientras que en el primero recién se nota en el 4º o 5º. «Esto sucede ya que los músculos del abdomen están más relajados que la primera vez y se adaptan con mayor facilidad a los cambios por acción de las hormonas», señala.

La especialista también menciona que en el segundo embarazo es probable que la fecha de parto se adelante una semana, ya que el cuello del útero es más blando, por lo que el tiempo de trabajo de parto y la expulsión se reducen y facilitan. Por otro lado, en el segundo los movimientos del bebé se empiezan a notar aproximadamente a partir de la semana 14, mientras que en el primero no se sienten hasta la semana 20 0 22.

Pensar para dos

Si bien contamos con la ventaja de la experiencia, que nos hace saber muchas de las cosas que vamos a vivir, al segundo embarazo se le suman otras sensaciones y emociones. Por un lado está la culpa por lo que pueda sentir nuestro primer hijo, y por el otro el miedo por no saber cómo repartirnos para darles afecto, tiempo y atención a los dos. «Por eso el trabajo con la madre sobre sus propias emociones (por ejemplo, realizando talleres sobre Educación Emocional, para que pueda registrarlas en su cuerpo y así regularlas para vincularse sana y emocionalmente) es fundamental, ya que serán las que preparen el terreno para crear el vínculo con sus hijos», señala la psicóloga Julieta Tojeiro. Y continúa: «La recomendación es poder aprovechar todo el proceso de embarazo para ir concluyendo y preparando lo que será el vínculo fraterno. Brindarle información al primogénito, siempre adecuándola a su edad, y proponer espacios o momentos donde él que es mayor, colabore y se relacione activamente con su hermano, como por ejemplo cantándole una canción para que la escuche desde la panza o eligiendo algún juguete o cuento para su llegada».

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