¿Miedos típicos de la edad o trastorno de ansiedad?
Existen ciertos miedos esperables para cada etapa del desarrollo, relacionados por ejemplo con el comienzo de la escolaridad, la oscuridad, ciertos animales, o a los fenómenos naturales (relámpagos, truenos), estos miedos suelen aparecer en forma transitoria y se los considerada normales.
En la adolescencia, los temores pueden manifestarse por una a una preocupación exagerada en relación al desempeño o apariencia física frente a grupos de pares.
Estas preocupaciones no deben ser consideradas necesariamente un trastorno. Sin embargo, cuando estos síntomas se vuelven excesivos (por ejemplo, reacciones de llanto y angustia desmedidas de un niño ante la separación de sus padres, o timidez marcada), o cuando persisten más allá de la etapa donde se consideran parte del desarrollo evolutivo normal, podemos considerar que estamos frente a un trastorno de ansiedad.
«Al crecer contactarnos con el miedo es natural y nos previene de peligros, instalarnos en el miedo distorsiona la realidad y nos empequeñece»
Manifestación de ansiedad en la infancia y la adolescencia
Los niños pueden presentar manifestaciones de ansiedad de un modo distinto a los adultos. La forma de manifestarse la ansiedad también cambia según la edad, mientras los niños más chicos reaccionan con llanto y rabietas, los más grandes pueden referir problemas de conducta, menor rendimiento escolar, oposicionismo o actitud desafiante, y reacciones corporales tales como dolores de cabeza o de «panza». Por otro lado, los adolescentes suelen manifestar su ansiedad a través de conductas de riesgo, agresividad, consumo de sustancias, depresión y autoagresiones (intentos de suicidio, accidentes).
¿Los trastornos de ansiedad se heredan?
El hecho de presentar antecedentes familiares de trastornos de ansiedad en los familiares directos (padres, hermanos, y abuelos), aumenta el riesgo de que los niños los padezcan, y esto se explica tanto por la existencia de factores hereditarios, como por un efecto de modelado que ejercen las actitudes ansiosas de los familiares en los niños.